martes, 22 de abril de 2014

Autoregalo



El pasado sábado 18 fue el cumpleaños de un servidor. Confiaba en que mis allegados hiciesen por mí lo usual en estos casos: los 36 regalos de rigor (tantos como años cumplo) y una fiesta de cumpleaños de 36 horas de duración y del mismo número de invitados (por el mismo motivo), tal y como viene siendo tradición desde toda la vida. (Tradición que, por cierto, resultó bastante conflictiva, según me contaron, el día que cumplí un año, ya que mis progenitores no lograban ponerse de acuerdo en cuál de ellos sería el invitado a la fiesta: ambos insistían en que el otro hiciera los honores).

Sin embargo, este año, dada la sobriedad del evento (diríase que rejuvenezco por momentos y acabo de nacer, a juzgar por la regla previamente explicada), he decidido agasajarme yo mismo con el mejor regalo que podría soñar. Y, para tal fin, he pasado escribiendo la friolera de 1 hora (más tiempo del que nunca había empleado en tal menester), creando un blog ficticio para mi deleite y regocijo personal, al que he dado en llamar El Verdadero Blog del Verdadero Jokin. (¡Cómo si pudiera haber tal cosa como un verdadero Jokin!).

Haciendo gala de mis grandes habilidades informáticas, he conseguido recrear un blog añejo, haciendo que las entradas aparezcan en días y años diferentes, pese a haber sido redactadas en tan breve lapso de tiempo. Siempre pensé que los avances en materia de ordenadores eran tremendamente útiles, y he aquí la prueba, ya que he conseguido regalarme esta maravilla.

No debo olvidar tampoco mis cursos de mecanografía, en especial el último al que asistí, ya que sin ellos no habría sido posible realizar tal proeza; con mi media de 700000 palabras tecleadas por minuto. ¡De aquí al Guiness!

En este nuevo blog hablo de una vida alternativa en la que soy viajero (¡incluso llego a ir hasta Bergen!), apoyo al Bilbao Básket y, además, ¡tengo novia! Me he reído muchísimo imaginando cómo sería vivir así xD. Por suerte, doy gracias de que nada de lo que allí cuento sea verdad, y espero que nunca llegue a serlo. ¡Virgencita, que me quede como estoy!






No hay comentarios:

Publicar un comentario