domingo, 13 de abril de 2014

La Venganza de Don Mendigo: Jornada III

Continúo inmerso en el aprendizaje de mi papel en "La Venganza de Don Mendigo". Por eso, en primicia antes del estreno de Junio, y sin ánimo de hacer spoilers, os dejo aquí un extracto de la primera escena de la Jornada Tercera; donde Mantecada y su nuevo flechazo, Don Crespo, debaten sobre la placentera visita que les aguarda.

Crespo- (oteando) Ya los locos silbidos 
dan al aire las noticias. 
¡Albricias!

Mantecada- (aguzando el oído) ¿Silban? 
¿A quién tal ruido precede?

Crespo- Anuncian al gay.

Mantecada- ¿Al gay? (ilusionado, y buscando por el horizonte)
 ¿no me engañáis, tunante? 

Crespo- ¡No tal! 
Alfonso (¡qué monumento!) 
salió de la ciudadela, 
vestido de lentejuelas,
con rumbo a este campamento.
Viene a hacer un Show privado, 
y en verle habremos honor, 
que en el arte del amor
no hay otro más esforzado.
Ayer juró por su trompa,
 y ante toda la nobleza
 que hasta no entrar en Baeza
 no ha de quitarse la ropa.
Y siendo ayer once, infiero
que en llegar tendrá interés, 
pues él se exhibe el primero
y el quince de cada més. 

Mantecada- Y no será otro el motivo
que incita al Gay a venir?

Crespo- No sé, marqués, qué decir...
aquí hay mozos muy atractivos...

Mantecada- (echando una mirada de arriba a abajo a Crespo) Haylos 

Crespo- ¡Cielos! ¿Y opináis vos...?

Mantecada- ¡Claro está!

Crespo- ¿que aquí viene...?

Mantecada- Es muy creíble....

Crespo- ¿Alguna loca?

Mantecada- (haciéndose el interesante) Quizá.

Crespo- (segurísimo)¿¡Sois vos, Marqués!?

Mantecada- ¡Dios me libre!

Crespo- si no es por vos, suponéis... (sorprendido)
¡que viene por mí...!

Mantecada- Don Crespo,
en la llaga vuestro dedo 
con gran tino puesto habéis! 

Crespo- ¡Pues pierde su tiempo el gay,
 pues vuestro fogoso Crespo
 no se encuentra de él prendado;
sino del un bardo errabundo,
 que le dejó fascinado
 una mañana en bello
jardín de los Alvarado. 

Mantecada- (acalorado y con cierto sofoco)
Vive el cielo que imagino
cómo estaría el tal bardo
 que os hizo perder el tino.
 ¿Sabéis su nombre?

Crespo- Renato.

Mantecada- ¡aquí le pillo y aquí le mato! ... 

Crespo- ...¿Cómo decís?

Mantecada- ... nada, nada. 
¿Y se apellida?

Crespo- Lo ignoro,
señor Marqués Mantecada. 

Mantecada-(en bajo) ¡Es Don Mendigo, sin duda!

Crespo- (interrumpiendo y señalando)
¡Ved! Ya se le avista el cimbrel por la cañada.

Moncada- Es verdad. (saltando con gran alegría)¡El gay se acerca...
y nos pondremos "moradas"! 
(señalándose el paquete)¿Vamos a por él?

Crespo- (con ansias) Sí, vamos,
 señor Marqués Mantecada. 

(Salen ambos corriendo y gritando piropos, a recibir al gay).

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